Transmisión 280781 del viajero cósmico Ayauhtli a 08 de Enero del 2010.
Recuerdo la primera vez que cabalgue por entre las estrellas montado en Atototzin mirando los múltiples colores que tienen las diversas constelaciones que de ellas se forman, cual quiera podría pensar que en el espacio solo hay oscuridad y desolación, sin embargo es todo lo contrario. No lo se, fue como sentirme en casa. Días antes de partir hacia la misión pensaba con una intensa calma todo lo que probablemente dejaba atrás y trataba de engañarme a mi mismo diciéndome que algún día volvería, pero en el fondo de una de mis tres manifestaciones (Pensamiento, sentimiento, instinto) sabia que no seria así y que había nacido para algo como esto.
Se me pregunto muchas veces acerca de la soledad, del fracaso… de la muerte. Siempre conteste lo mismo.
Esos son miedos que todos experimentamos a diario de manera inconsciente, nada es seguro en esta vida y muchas veces por más que queramos atraer ó retener cosas ó personas, no basta con la simple voluntad de desearlo. Existen un sin fin de factores justo ahí, en el universo, que pueden alterar el curso de nuestros deseos. ¡Desear! ¡Querer! ¡Necesitar! Nadie desea necesitar querer algo para sentirse vivo necesariamente pero si no se hace de esta manera, un profundo sentimiento de soledad se apodara de nosotros y eso nos hace sentir un enorme fracaso, lo cual nos lleva a tener un solo deseo que se vuelve necesidad. Querer morir en una forma negativa.
Los pasos para resolver la ecuación del significado de la vida, si me lo preguntan a mí. La felicidad es compartir la vida con aquello que no nos haga sentir soledad.
La soledad es solo un estado mental, sea como concepto o como hecho ya que yo me encuentro rodeado por un basto infinito, algo que nunca se acaba y siempre estoy acompañado por mis pensamientos, por mis sentimientos, por mis deseos y mi propósito.
El fracaso nunca es una opción ya que yo siempre estoy en constante renovación de prioridades y si algo no se da no lo contemplo como una derrota, si no más bien como experiencia.
¿Y la muerte? ¿Qué puedo decir de ella? Es mi única y fiel compañera que me sigue a donde vaya con su mano sobre mi hombro en cada segundo de mi vida, la que algún día me dirá al oído “Ven y recuéstate a descansar que te contare el secreto más grande de la vida”
Tú que te encuentras allá, afuera, escúchame bien. No tengas miedo a nada y debes que saber que así como eres o lo que seas, como piensas, como vives y con toda la cantidad de defectos que crees tener hay alguien en algún lugar que te busca y voy en camino.
Esta es la transmisión 280781 del viajero cósmico Ayauhtli para quien logre escucharme.
Fuera.
Sigo sin poder pronunciar el nombre de este indio chingado.
ResponderEliminarConsegui música nahualt a todo esto
Te amo estupido amargado
Adiós